¿Qué son los ftalatos y cómo afectan a la industria vitivinícola?

Los ftalatos son un grupo de aditivos químicos empleados para incrementar la duración y flexibilidad de los plásticos. No obstante, se trata de compuestos no deseables para el sector alimentario, debido a que están clasificados como sustancias tóxicas de categoría 1B. Entonces, ¿por qué se ha extendido el uso de mangueras de plástico en la elaboración de vino? ¿Existe el riesgo de contaminación en el producto?

Como plastificantes, los ftalatos son esenciales en la fabricación de mangueras. Pese a la inclusión de la nomenclatura “sin ftalatos” en los productos de muchos fabricantes, la realidad es que sí que incluyen estos elementos en la composición. Sin embargo, la cantidad permitida según la normativa 10/2011 europea permite a los fabricantes el aportar a sus productos dicha nomenclatura, evitando así problemas y prejuicios derivados de la composición de los mismos ¿existe pues riesgo de migración? Como hemos indicado antes, la normativa europea regula las cantidades de ftalatos permitidas y, si el producto está homologado y cumple con dichas normativas, no hay ningún problema real en el uso de dichas mangueras ya que, pese a sí contener ftalatos, lo hacen en un porcentaje “aceptable” para la salud.

No obstante, los problemas de las mangueras de pvc surgen debido a la calidad de las mismas, puesto que si bien el nivel de ftalatos no es muy grande, esto solamente facilita que la vida útil del flexible se acorte, teniendo que realizar una mayor inversión para cambiar de material cada poco tiempo debido a la aparición de la inevitable rigidez en el material, lo cual ocasiona el desgaste de la manguera, roturas y, al fin y al cabo, la contaminación del producto. Y, si bien el uso en la industria vinícola está hasta cierto punto aceptado, donde no es solamente no recomendable sino prácticamente prohibitivo es en el uso de almazaras de aceite, ya que el plástico pvc no admite el trasiego de productos grasos, lo que deteriora la pared de la manguera con suma facilidad, provocando desprendimiento del material, contaminación del producto y un enturbiamiento y empobrecimiento en su calidad.

¿La solución? Las mangueras de caucho no contienen en su composición, ya que se trata de un material originalmente flexible. En la industria alimentaria es lo más recomendado, en concreto en el sector vitivinícola otorga mayor calidad de producto debido a su alta tolerancia al alcohol (entre 95% y 99%, por contra de los 25% de la manguera de pvc), lo cual evita el enturbiado y la transmisión de olores o sabores en el vino. Desarrolladas con características propias y especiales, como la alta flexibilidad, resistencia al cocado o aplastamiento, y a la proliferación de bacterias, estos flexibles alargan su vida útil entre 6 y 9 años de trabajo intensivo, siendo a la larga mucho más rentable que una manguera de pvc que, como se suele decir, lo barato al final sale caro. De igual modo, hay mangueras de caucho, diseñadas específicamente para su uso con aceite y alimentos grasos, debido a su alta tolerancia a los mismos, son los únicos flexibles indicados para el transporte de oleoproductos alimentarios.

¿Qué material he de elegir? Eso ya depende del cliente. Desde Gomas Dauper, proporcionamos ambas opciones, ya que tenemos en cuenta que la manguera de pvc es a priori más económica que la de caucho pero, sinceramente, ¿no es mejor invertir en un salto de calidad? Sea como sea, estamos encantados de poder asesorarle en cualquier decisión que tome respecto a sus flexibles y mangueras.

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